En mi familia siempre ha predominado un lado excursionista. Veraneamos periódicamente en un pueblo de Aragón, en el que tenemos un apartamento, y durante el tiempo que lo habitamos hay excursiones dia si y dia no.
Hace tiempo que a nuestros padres les hacía ilusión probar algo más avanzado con nosotras, y como ya tenemos experiencia acampando y trasnochando en la montaña, decidieron que una ruta por etapas era el siguiente peldaño más obvio.
La ruta en la que se fijaron es la llamada ‘Ruta de los 3000 Ibones’, una ruta pirenaica circular de 102 km con 6000+ metros de desnivel, dividida en 7 etapas. No es obligatorio hacer todas las etapas; la ruta es totalmente adaptable a tu nivel personal, pero nuestro objetivo era hacerlas todas.
Para lograr nuestro cometido hemos planeado una serie de excursiones repartidas durante el año para mejorar nuestra forma física y prepararnos para el tipo de recorridos que nos encontraremos en las diversas etapas de la ruta.
Esto era algo nuevo para nosotros ya que usualmente las excursiones serias estaban explícitamente reservadas para el verano, porque siempre ha sido muy complicado encontrar un fin de semana en el que toda la familia pueda dedicarse completamente a la montaña, ya sea por el trabajo de mis padres, por la escuela, o por cualquier otro asunto misceláneo que pueda ocupar un fin de semana.
Por ahora llevamos cinco excursiones, y cada una de ellas ha probado ser un desafío nuevo e interesante.
[ACTUALIZACIÓN 16/05/2020:
Por culpa del confinamiento mundial causado por el Covid-19 no hemos podido continuar con nuestro programa de excursiones.
Las actividades planteadas de cara al verano están comprometidas, incluyendo la ruta de los 3000 ibones. No sabemos cuál será el estado de los refugios para cuando lleguen las fechas en las que originalmente planeabamos llevar a cabo la ruta, y aunque estén abiertos, es posible que, por motivos familiares y de trabajo, no nos podamos permitir hacerla.
Por ahora, el final de esta actividad está en el aire.